Sábado 17 de julio de 2021
Tal como la obesidad es una pandemia silenciosa en humanos, sus mascotas pueden padecer el mismo riesgo.
Tanto amos como sus perros o gatos pueden vivir bajo un esquema de sedentarismo, consumo de alimentos "chatarra" y porciones más grandes de las necesarias. Pero ¿qué hacer para revertir o prevenir?
Identificar la obesidad
Un estudio publicado por las universidades de Sheffield, Australia Occidental, Cambridge, La Trobe y Nottingham, alerta que, en su mayoría, los dueños no reconocen cuando su mascota tiene sobrepeso.
Tanto perros como gatos tienen una tabla que establece la relación entre el peso y sus diferentes etapas de vida.
Es por esto que, es importante acudir al menos una vez al año a la consulta veterinaria, no solo para atender el programa de vacunación, sino para hacer seguimiento al peso de la mascota.
Lejos de lo que se cree, un perro gordo o un gato gordo no es sinónimo de una vida bien cuidada. El sobrepeso está asociado a enfermedades como la diabetes, fallas renales, hepáticas, dolores articulares, hipertensión, pérdida de la movilidad, daños en la piel, cáncer y un alto riesgo de muerte prematura.
Las cifras globales son alarmantes, según la Asociación de Fabricantes de Alimentos para Mascotas: "El 44% de los gatos y el 51% de los perros tienen sobrepeso".
Pero ¿cuánto debe comer mi perro?
Según la web Dog First, un perro adulto debe comer "entre el 2% y 2,5% de su peso corporal por día". Un ejemplo sería que un perro de 30 kilos (30.000 gramos) debería recibir 750 gramos de comida al día.
En cuanto a las raciones, se establece que a partir de los 6 meses de vida pueden recibir hasta dos raciones de alimento por día.
¿Qué debe evitar?
Los perros no deberían comer sobras de huesos porque, al igual que ocurre con los gatos, el riesgo de sufrir daños intestinales es alto.
Los alimentos concentrados son de distinta calidad, por lo que es importante evaluar con la etiqueta el aporte nutricional y la cantidad de sodio que estas fórmulas tienen.
Por lo general, los concentrados altos en sodio, proteínas de mala calidad y grasas pueden afectar la salud de la mascota. Es mejor que el veterinario indique qué alimento elegir de acuerdo con su tamaño y edad.
Por otra parte, las golosinas se metabolizan de modo distinto en las mascotas, pero con solo imaginar que el azúcar y los productos procesados hacen daño a los humanos, los efectos en ellos podría ser doblemente mayor.
También es importante tener en cuenta que las mascotas esterilizadas sentirán más ansiedad por comer, pero al disminuir su actividad física no es recomendable dar más comida de la que necesitan.
