Familia de Juan Pablo Mohr decide dejar su cuerpo en la montaña

La madre de Juan Pablo Mohr viajó para intentar volver con los restos de su hijo, sin embargo tomó la decisión de dejar su cuerpo en el K2.

Familia de Juan Pablo Mohr decide dejar su cuerpo en la montaña

La madre de Juan Pablo Mohr viajó para intentar volver con los restos de su hijo, sin embargo tomó la decisión de dejar su cuerpo en el K2.

La familia de Juan Pablo Mohr, quien falleció en febrero pasado cuando intentaba subir el K2, decidió dejar el cuerpo del montañista en la cordillera de Karakórum.

Tras estos tristes hechos, la madre del fallecido deportista chileno, Carmen Prieto, había viajado hasta Pakistán para intentar la repatriación del cuerpo de su hijo.

En conversación con LUN, la madre de Mohr dijo que "esta ha sido una experiencia increíble para mí, siento muchas emociones, tristes y alegres, por este legado que ha dejado aquí mi Juanpa, apoyado por Federico Scheuch (primo de Mohr), que ha sido mi pedestal".

Antes de explicar la decisión de la familia, Carmen Prieto aseguró que "aquí está solo el cuerpo, me llevo el alma".

Asimismo, la mujer añadió que "estamos muy tranquilos de haber encontrado el cuerpo, se nos resuelven muchas dudas que teníamos".

"La familia está más tranquila, pero no deja de ser doloroso. La decisión de la familia de Alí Sadpara (acompañante de Mohr en la expedición) también empuja la decisión de la familia de Juan Pablo. Está en el mejor lugar que pudo haber quedado, en el K2", cerró.

K2, la Montaña Salvaje

El K2 (también conocido como Chogori/Qogir, Ketu/Kechu, y Monte Godwin-Austen) es una montaña perteneciente a la cordillera del Karakórum, en los Himalayas.

Mide 8611 metros de altura, es la segunda montaña más alta de la Tierra, tras el monte Everest y, posiblemente, la más difícil de escalar, junto con el Annapurna y el Nanga Parbat.​

Se localiza en la frontera entre Pakistán, la zona de Cachemira administrada por los pakistaníes (situada al norte del glaciar Baltoro) y China.​ La India también reivindica la región, considerando que el K2 está íntegramente en su territorio.​

El K2 se conoce como la montaña salvaje, debido a la dificultad de ascenderla y por ser la segunda en porcentaje de fatalidades entre los "ochomiles" para aquellos que lo escalan, después del Annapurna.

Por cada cuatro personas que han alcanzado la cumbre, una ha muerto intentándolo.​ El K2 ha sido el último de los ocho miles en ser escalado en invierno, lo que se consiguió el 16 de enero de 2021.​